A culo pajero


Desnudos, así están quedando sus señorías amenazándose mutuamente con la creación de comisiones de investigación sobre la financiación de partidos. Los unos, PSOE, Podemos y Cs, con hacerlo exclusivamente con las cuentas de los populares - se ve hace mucho tiempo no se miran el ombligo -, y el otro, PP, con aplicar la purga a todos, eso sí, pasando por el Senado, que es donde tiene mayoría absoluta. Puesto a que todo el arco parlamentario le hace una higa a eso de pacta sunt servanda , podrían disimular algo en el incumplimiento reiterado en la lucha contra la corrupción, y no actuar de forma tan grosera y ostensible.

Una vez abierta la caja de Pandora de la zafiedad palmaria, es difícil dar un paso atrás. En esto que aparece el coordinador general de los populares, Maillo, y anuncia públicamente que “firmamos porque eran lentejas”. Desafortunada frase que no es más que una forma agreste de decirnos con arrogancia que no piensan cumplir con lo acordado y firmado. Ver para creer. Degenerando, degenerando, diría el insigne torero Juan Belmonte al comprobar hasta dónde ha llegado el nivel político.

La afirmación del popular no sólo deja muy mal parada a la cúpula del partido, sino a la clase política y  a las esperanzas de los 7 millones de votantes, reflejando poca agilidad y pereza mental a la hora de explicar -mentirnos -  lo inexplicable. Parece no haberse percatado de que lo que ha hecho con Albert Rivera también lo ha consumado con los votantes. Llegados a este punto de descaro, quizá habría que agradecerle cierta sinceridad en el reconocimiento de la desfachatez. Pero eso sería como aplaudirle a un ladrón por reconocer que nos ha robado - la esperanza -.

Quizá debiera aprender de Don Tancredo - léase Mariano Rajoy - que sabe que la mejor palabra es la que no se pronuncia, sobre todo en el fango político; o también de estos lares, que hacen honor a la parquedad verbal reflejo del muestrario local, o quizá eclipsados por tanto rey sol. Pero el paso que ha dado Maillo no ha sido el enmudecimiento, sino el incumplimiento de la palabra, y la palabra como desvergüenza.

A sus señorías les debe dar cierta sensación de impunidad el no haber devuelto la independencia al Poder Judicial, donde PP y PSOE, han vuelto a mostrar su procacidad negociando a la luz del día los magistrados del Tribunal Constitucional, y por si no quedaba claro lo que les importa quedar evidenciados, ahora tratan de imponer al presidente - se supone que lo tendrían que elegir los magistrados  - empeñandose en que sea un antiguo diputado del PP.

Si esto ocurre en el partido más preparado para gobernar España, viendo la manera que tienen de entender los contratos, nos extrañará que algunos roben. Lo raro es que no lo hagan todos.

Jorge Uriel Gómez

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