¿Por qué me pegas?
Casi dos mil años han transcurrido desde que Jesucristo pronunció esas palabras ante el sanedrín. Palabras de vigencia y actualidad cuando los cristianos, fundamentalmente católicos, estamos siendo objeto continuado de mofa, burla y otro tipo de agresiones que incluso alcanzan la violencia física dentro de nuestras fronteras. Todo ocurre delante de una sociedad anestesiada que se niega a reconocer como agresores a quienes lo son, confundiendo la defecación mental, el odio, con la libertad de expresión o cultura. Como si blasfemar ensalzara las virtudes del ser humano. No acabo de entender esa inquina sobre la persona de Jesucristo ¿A quién puede deshonrar la imagen un hombre que vivió enseñando a hacer el bien, no hizo mal a nadie, y murió perdonando a sus asesinos? ¿A quién puede ofender un Padre Nuestro, donde se habla del perdón, de no hacer mal, de actuar para la venida de un reino de paz y justicia, de atender las necesidades materiales de todos? Quizá, para algunos, todo est...