La suerte de Maleni

Magdalena Álvarez, quien fuera Consejera de Economía con Chaves y Ministra de Fomento con Zapatero, es de ese tipo de personas que la suerte siempre acompaña, siempre cae de pie. No es que posea habilidades especiales como política: carece de discurso, no tiene capacidad comunicativa, ni sana idea que le pase por la cabeza. Sin embargo, disfruta de otras capacidades que acompañadas de su buena suerte le han producido una serie de parabienes lejos del alcance del resto de los mortales. Lo hizo francamente mal como Ministra y rematadamente mal como Consejera andaluza, tan mal que ahora se encuentra encausada por el mayor escándalo de corrupción de toda democracia occidental a tenor del importe de lo escamoteado al erario público. El feo asunto de los EREs andaluces no va a dejar títe...